Independencia del Banco Central - Utopía

escrito por Carlos Bondone

Atento a las teorías monetarias vigentes (austríacas, keynesianas y cuantitativistas), la discusión de fondo pasa por definir el grado de independencia institucional (legislativa-ejecutiva) de la “autoridad monetaria” del poder político.

Según nos indica la Teoría de la Relatividad Económica, es evidente que la falla está en el planteo teórico de la cuestión, ya que lo que da en llamarse política monetaria, no es más que una forma equivocada de referir a la política de redistribución de riqueza mediante la manipulación del Crédito Irregular (crédito que no explicita la cantidad y/o calidad del bien económico presente con que será cancelado) que se adopta como moneda.

Así las cosas, la pregunta (de tenor crítico) a la cuestión del grado de independencia que debe tener la autoridad monetaria del poder político, es la misma que nos podemos hacer sobre el manejo de la política fiscal, ya que ambas tienen como eje central la redistribución de riqueza, sólo usan distintos instrumentos, moneda por un lado e impuestos por otro.

Vale reiterar las aplicaciones prácticas derivadas de la Teoría de la Relatividad Económica que operan como fundamento de las expresiones precedentes. Veamos:

  1. En los sistemas monetarios vigentes, con moneda en forma de Crédito Irregular (que todas las teorías vigentes lo sustentan, excepto la de Carl Menger), no es el sistema financiero el que aporta los bienes económicos presentes, los cuales son indispensables para que se genere cualquier tipo de crédito (regular o irregular). Esto confirma que la única razón de ser de sistemas monetarios irregulares no es lo que se da en llamar política monetaria, sino que es verdadera política de redistribución de riqueza.
  2. Derivado de lo precedente se concluye que la deuda que posee el sistema financiero en conjunto (liderado por la autoridad monetaria como rectora del “valor” del Papel Moneda en el que nomina toda la deuda del sistema) con los poseedores de las distintas formas de instrumentación (papel moneda, medios fiduciarios, etc.), que erróneamente se da en decir que es el crédito otorgado por el sistema financiero, será “cancelada” en tiempo y forma atento a las decisiones políticas del gobierno de turno que le toque actuar según el grado de emergencia generada por las condiciones financieras de todo el sistema monetario en conjunto. Esto es lo que la Teoría de la Relatividad Económica da en llamar el “peligro de la cadena crediticia de los sistemas monetarios irregulares”.
  3. Como corolario, sólo resta decir que atento a que estamos ante un simple tema financiero, las mayores o menores dificultades que los mismos generan, son estudiados acorde a teorías equivocadas que innecesariamente refieren a desequilibrios entre interés real versus monetario, y ambos versus nivel de precios. En un sistema monetario que posee un crédito como moneda (regular o irregular), son las tres un mismo ente, ya que el interés es el precio de la moneda (por ser ésta un crédito), y el nivel de precios se mide mediante el uso de la moneda como unidad de medida. En síntesis, atento a la Teoría de la Relatividad Económica, nivel de tasas de interés real, monetaria y precios, es una misma entidad económica en sistemas monetarios que poseen un crédito como moneda. Luego, es inadecuado hablar de las turbulencias que originan las diferencias entre entidades que se muestran distintas pero corresponden a una misma entidad económica; más perjudicial es tomar medidas monetarias atendiendo a las teorías inadecuadas que sustentan el error destacado.
  4. La salida de las emergencias financieras derivadas de sistemas monetarios irregulares serán atento al grado de resistencia o sufrimiento de los menos aptos para el manejo de estas irregularidades (generalmente el que vive de su esfuerzo personal) conforme se le vaya transformando en incobrable el crédito que le otorgó al sistema financiero en su conjunto (básicamente expresado en Papel Moneda), incobrabilidad que tiene tres formas de manifestarse:

    a) La quiebra del sistema financiero (total o parcial).

    b) El mal llamado proceso inflacionario, que no es más que un intento estadístico de medir el interés que debería percibir el que otorga el crédito al sistema financiero (generalmente el menos avezado en los menesteres especulativos que originan los sistemas monetarios irregulares) y no percibe, lo que configura una verdadera carga al servicio del poder político.

    c) La mal llamada “recesión”, lo cual no es más que no poder vender lo que se estima, producto de que la gente advierte que su “dinero” es en realidad un crédito (papel moneda y medios fiduciarios) incobrable (parcial o total). En otras palabras, los posibles compradores advierten que no pueden disponer (todo o parte) de los créditos que tenían otorgados al sistema financiero. Pero lo peor del caso es que le hicieron creer que el crédito se lo habían otorgado a él.

Es evidente la concatenación de este artículo con anteriores: Política Monetaria, Paradoja del interés ...

Por último reitero una vez más estos conceptos fundamentales:

* Los errores de análisis que se hacen sobre los sistemas monetarios vigentes (como el de la autonomía de los bancos centrales aquí tratado) surgen del equívoco de las teorías monetarias que lo sustentan, desarrolladas durante el siglo XX, por haberse desviado de los principios de la teoría monetaria iniciada por Carl Menger a fines del siglo XIX.

* En sistemas monetarios irregulares es imposible la independencia del banco central del poder político, y en sistemas monetarios regulares se hace innecesaria su existencia.

Buenos Aires, mayo de 2007.

carlosbondone@gmail.com  

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